YOGA Y REIKI: Caminos que se fusionan

Desde mi experiencia, y solo desde esta puedo hablar, el Yoga y el Reiki me han permitido sentir que es posible alcanzar un equilibrio físico, mental y emocional reconociendo mi ser cada día un poco más.

El Yoga y el Reiki, cada uno desde su filosofía y técnicas, se convierten así en herramientas, desde un punto de vista práctico-vivencial, y en filosofías o modos de vida, desde un punto de vista intelectual y también espiritual.

Todo nos lleva al mismo Principio, a la búsqueda de la Verdad, de la Realidad, del Alma. Y en ese camino nos encontramos…



YOGA

El Yoga es una filosofía, modo o ciencia de vida que se basa en el amor al conocimiento, comenzando por el conocimiento de sí mismo.

Hoy en día escuchamos nombrar muchos tipo de Yoga[1] y, especialmente en Occidente, al estar tan apegados al cuerpo, sumado a un estado físico y mental con tensiones y desequilibrios, el Hatha Yoga se ha convertido en la práctica más elegida pues, parte del control y la perfección del cuerpo físico para, en segundo lugar, aquietar la mente con el objetivo de reconocer la esencia de nuestro ser.

Sin embargo, sin importar el tipo de práctica que elijamos, el objetivo es el mismo: lograr el aquietamiento de la mente para reencontrarnos con nuestra alma, reconociendo las cualidades latentes que en esta vida podemos descubrir para perfeccionarnos cada día  poco más. Y cuando digo perfeccionarnos me refiero a la evolución interna, al desarrollo del espíritu, al crecimiento interior que podemos lograr con la práctica.

Por eso, el Yoga es mucho más que lo físico, es la búsqueda de la integración de cuerpo, mente y alma. Vivimos en forma desintegrada y generalmente no nos damos cuenta de ello. Y el lograr la integración no se refiere sólo al desarrollo de sí mismo, sino a integrarnos con el medio ambiente, con la sociedad en la que vivimos adoptando una actitud yóguica en la vida, una actitud de amor en cada uno de nuestros actos. Es fácil ser “yogui” durante una clase que dura una hora, el desafío es incorporar esta filosofía de amor, de verdad, de no violencia, de generosidad y desapego a la vida práctica, a la cotidianeidad, esto es lo que se conoce en yoga como “filosofía práctica”.

Todo en este  mundo es cambiante. Vivimos en un mundo relativo, material y dualista. Desde el punto de vista del Yoga, esto se llama ilusión -“maya”-: el mundo exterior, la naturaleza, el cuerpo físico, hasta el Yoga como filosofía, son ilusión porque nuestra mente racional nos lleva a diferenciar, categorizar y discriminar todo el tiempo, hasta inconscientemente lo hacemos.

El Yoga es una filosofía advaita, monista, a través de la cual todo es Uno, “yo soy tú y a través del alma somos iguales”, y la búsqueda es esa unión en donde las almas se encuentran y se fusionan en un todo, llamémoslo Dios, Energía, Verdad Absoluta, Espíritu Universal, Buda, Cristo, Krishna o como cada uno, desde sus propias creencias sienta “que es”. Y aclaro esto porque el Yoga no es religión, es una filosofía, un modo de vida, me vienen a la mente las palabras de mi maestro: “para qué religarnos si ya estamos ligados”. Literalmente, Yoga significa esa unión, la unión del alma individual con el Espíritu o Energía Universal.

Lo que me interesa destacar aquí es que esa búsqueda es la que nos permite ver la vida de otra manera, sabiendo que todo perece, se transforma y cambia, excepto nuestra alma que es inmutable, intransferible y eterna. En este sentido, la muerte también es una ilusión. En Yoga hablamos del “sueño del alma”, pero como occidentales que somos, ¡cómo nos cuesta comprender eso! Nos cuesta, entre otras cosas, “dejar ir” a alguien que amamos por más que esté sufriendo, estamos muy apegados al cuerpo físico porque no tenemos aun la conciencia para comprender que este cuerpo es solo un envoltorio, que, claro, debemos cuidar, respetar, higienizar y movilizar porque, para el Yoga, el cuerpo es el templo del alma y cómo lo cuidemos también habla nuestro karma: si lo cuidamos bien, el efecto será un cuerpo vital y sano, si no lo cuidamos entonces el efecto será ese mismo descuido y abandono.

Este es sólo un eslabón de la cadena, es una vida de La vida. Cientos de años nos llevaría comprender esto… pero podemos comenzar desde ahora, siempre estamos a tiempo de hacerlo.

Desde mi experiencia, practico un Yoga Integral para estar saludable físicamente y que el cuerpo no sea un obstáculo para el autoconocimiento, esto me lleva a sentirme calma, tranquila. La práctica de Yoga ha hecho que mejore notablemente mi calidad de vida, mi postura corporal, mi respiración, mi estado emocional y mental; y esto es lo que intento transmitir y enseñar con mis clases: que el cuerpo no sea un obstáculo para conectarnos con nuestra alma y ¡Qué bien se siente percibir que los pensamientos se acomodan y que la mente no esté tan dispersa!

Entonces, en una práctica que incluye la conciencia corporal,  asanas (posturas físicas), prana kriyas (técnicas respiratorias), una relajación consciente y meditación, el cuerpo es solo un comenzar, es el primer paso, luego de eso, el aquietamiento de la menta con el objetivo último y principal del Yoga: el desarrollo espiritual.

Es importante meditar, no importa cómo lo hagamos, podemos recitar con mantras, a través de la respiración, con una meditación guiada, caminando por el parque, cantando una canción, contemplando las estrellas o viendo a un hijo dormir. Lo importante es hacerlo, tomarnos el tiempo para lograr esos instantes de vacío entre pensamiento y pensamiento, en los que la mente se aquieta y la calma llega. En un comienzo la frecuencia de los pensamientos es muy alta porque nuestra mente es muy dispersa - síntoma de la sociedad en la que vivimos -, la clave es la perseverancia y la constancia en la práctica y la calma llega….


REIKI
El Reiki, desde el punto de vista de la práctica, es una técnica mucho más sencilla que el Yoga, pero no por eso menos profunda e intensa.

Reiki es transmisión de energía a través de las manos, haya contacto con el cuerpo físico o no. Cuando recibimos Reiki, la energía comienza a fluir en una vibración más alta a la ordinaria. El Reiki permite alcanzar un equilibrio físico, mental, emocional y espiritual. No es de un día para el otro, ni es mágico, esto quiere decir que, como todo proceso de sanación, requiere de tiempo y dedicación.
Hoy en día, es muy difícil que las personas encuentren un espacio o momento para “bajar algunos decibeles”, para sentir y escucharse a sí mismas. Lo interesante del Reiki es que es una técnica tan sencilla que, sin importar si creemos o no en ella, la energía fluye y va directo al lugar donde haya bloqueos o desequilibrios para comenzar a sanar.

Reiki nunca hace mal, es energía de luz. Cuando somos iniciados en Reiki por un maestro (que pertenece a un linaje de maestros de Reiki hasta llegar al Primer Maestro y redescubrir de esta técnica milenaria, el japonés Mikao Usui) nos conectamos con otra frecuencia de energía, es como cambiar la radio de AM a FM, es ese “clic” que se genera internamente que se sella en nuestras manos y en nuestro corazón, sin importar si lo practicamos o no.

El reikista es un canal entre la energía de la persona que recibe Reiki – a quien yo elijo llamar conocedores o practicantes – y la Energía Universal.
El Reiki nos permite equilibrar la energía del cuerpo físico y pránico a través del ingreso de energía cósmica por medio de nuestras manos que, de por sí, son sanadoras.  Según estudios realizados, la energía entraría por el chakra de la coronilla, pasando por el área del corazón, de allí a las manos y directamente al cuerpo de quien recibe Reiki.

Al haber sido iniciados podemos transmitirnos Reiki a nosotros mismos a través del autotratamiento, podemos dar Reiki a otras personas, a plantas, a situaciones del presente, pasado o futuro (esto lo vemos en un Segundo Taller donde vamos profundizando en la técnica y sumando nuevas herramientas), ¡Yo le he dado Reiki hasta a la heladera o a apuntes de la facultad! Lo importante es no poderle una intención, es decir, si la heladera tiene que andar, va a andar; si estudié para un examen, la energía va a fluir para ese lado, si no estudié, seguramente no aprueba, y menos aun aprenda.
Y en el caso de las personas, cuando una persona está recibiendo Reiki, por un tema de salud, por ejemplo, la energía fluirá para su proceso de sanación (que no es lo mismo que curación). Por eso, el Reiki no es un acto de fe ni quien está iniciado en Reiki posee un “don”, simplemente somos canales de energía para nuestro proceso de sanación  (y el proceso de sanación de otras personas en el caso de quienes brindamos tratamientos de Reiki), dejando que Reiki fluya en armonía con el Universo y aceptando que “lo que es conviene” y de otra forma no podría haber sido, esto forma parte de los principios de la espiritualidad. Es parte de nuestra impecabilidad como reikistas saber y actuar acorde al proceso de sanación de la persona, siendo simplemente canales para que la energía fluya hasta armonizar al consultante-receptor.

Por otra parte, es fundamental respetar el libre albedrío del otro. Para recibir Reiki, la persona tiene que pedirlo. Por una cuestión de respeto, y también de ego. A veces el entusiasmo que nos genera el darnos cuenta que el Reiki “funciona” nos coloca en un lugar de omnipotencia, que es también un lugar de ignorancia, que no es bueno ni para uno ni para el otro. Siempre tiene que haber un intercambio, lo que se conoce como aini, este forma parte del equilibrio que estamos buscando.

Y en esa fusión, nos encontramos…

La vida nos lleva a transitar diferentes rutas que se aúnan en el camino del autoconocimiento cuando estamos dispuestos a ver más allá de lo que el ojo físico nos permite. En este sentido, considero que el Yoga y el Reiki son medios para comenzar a reconocer que hay algo de todo este mundo creativo y relativo que no es ilusión, que es realidad. Ese algo es lo único que no cambia, que no perece, que no se transforma, es el alma, el espíritu, es energía. Y a través de la práctica comenzamos a tomar conciencia que no somos materia, somos esa energía.

El Reiki y el Yoga son puentes para experimentar este “algo más”. Todo lo que buscamos está dentro nuestro.Si buscamos el amor es porque está dentro nuestro, buscamos la verdad porque está dentro nuestro, buscamos la paz porque está en nuestro interior.

Escuelas de Yoga y Reiki

Por último, es fundamental saber que el instructor, profesor o maestro que elijamos pueda enseñarnos, guiarnos y contenernos en nuestro proceso de autoconocimiento.

Siempre agradezco haberme cruzado (y haber elegido, porque todo es una elección) con personas de luz como el Maestro Genuth y Elsa, su mujer y también gran maestra, con quienes realicé el Instructorado y la Maestría de Yoga en el Centro de Yoga Genuth (perteneciente al linaje de Shancaracharya).

 Y actualmente, estoy feliz de haber comenzado la Formación de Yogaterapia con Eutonía en el Centro de Yogaterapia y Eutonía Lonavla a cargo de la directora Alicia Souto, formación que desde este año está certificada por la Asociación de Médicos Argentinos (AMA), lo cual es un gran paso para todos los que creemos que el Yoga aporta técnicas y herramientas para un modelo de Medicina Integrativa.

Por otra parte, Diana Cristina Coppola, ser de luz que me ha acompañado, guiado, iniciado y enseñado muchísimo sobre Reiki (¡y sobre la vida misma!), tiene más de 20 años de experiencia en cursos, seminarios y formaciones de Reiki y es con ella realicé mi maestría. Y Viviana Fendrix, mi madrina de Reiki y otro angelito que la vida me ha regalado.

Nombrar a las personas con las que me he formado y con las que continúo estudiando es para mí reconocer y avalar la impecabilidad, simpleza y la experiencia de esta gran responsabilidad de guiar a personas en la búsqueda de su verdad y de su camino. A su vez, es una manera de orientar a quienes emprenden este maravilloso camino del autoconocimiento.

Siempre es bueno tener a un referente, más allá de que el maestro es interno y el aprendizaje es personal y aunque a veces reneguemos de lo que escuchamos en nuestros adentros, esa es la verdadera guía, allí está el aprendizaje, en nuestro interior, en nosotros mismo. Solo uno puede darse cuenta lo que busca su corazón y lo que dice su alma.

Silvana Gurevich
 Instructora y Maestro de Yoga
         Maestra de Reiki Usui
     




[1] Son varias las sendas a través de las cuales podemos practicar el Yoga, entre otras: Bhakti Yoga (Yoga devocional); Karma Yoga (Yoga de la acción y el servicio, la acción por la acción misma, sin intenciones ni apego a lo que sucederá); Raja Yoga (Yoga del control y armonía de la mente); Jnana Yoga (Yoga del conocimiento o del discernimiento espiritual) y Hatha Yoga (Yoga del control o perfección física).  Nombro a estas como algunas de las ramas  tradicionales del Yoga, necesitaríamos más de una vida para poder explayarnos en cada una de las ramas y poder abordar el Ashtanga Yoga (o los ocho estados del Yoga descriptos por Patanjali hace más de 2000 años).

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