Meditar en ese vuelo interno
“Cuando un número mayor de personas conozca la
naturaleza de su mente, conocerán también la gloriosa naturaleza del mundo en
que se hallan y se esforzarán intensa y valerosamente en protegerlo (…). Mirar hacia dentro nos exigirá una
gran sutileza y un gran valor; nada menos que un cambio completo en nuestra
actitud ante la vida y la mente. Estamos tan habituados a mirar hacia fuera que
hemos perdido casi por completo el acceso a nuestro ser interior. Nos
asusta mirar hacia dentro, porque nuestra cultura no nos ha dado ninguna idea
de lo que vamos a encontrar. Incluso podemos pensar que si lo hacemos nos
exponemos a la locura. Esta es una de las últimas y más logradas trampas de
nuestro ego para impedir que descubramos nuestra auténtica naturaleza”.
Sogyal Rimpoché,
El libro tibetano de la
vida y de la muerte
Sin embargo, no es difícil meditar recitando un
mantra. Un mantra es un gesto que tiene una vibración energética elevada
que nos conecta con otros niveles de conciencia superiores a la estructura
lógica y racional con la que solemos vivir.
Podemos
intentar meditar al levantarnos o al atardecer. ¿Cómo meditar, por
ejemplo, recitando el OM? Nos sentamos en una posición cómoda, con la espalda
recta (si es necesario, nos apoyamos contra la pared para estar más a gusto),
colocando las manos sobre los muslos -con las palmas hacia arriba si es de día y
hacia abajo si es de noche).
Inspiramos profundamente, y al exhalar, vamos expulsando
lentamente el aire pronunciamos el sonido “O…” en forma prolongada
hasta vaciar completamente los pulmones. Podemos sentir la vibración de la “O…”
sobre el esternón, a la altura de las clavículas, y en la garganta. Al terminar
la exhalación, cerramos la boca y, contrayendo los abdominales, expulsamos los
restos de aire - ahí vamos a comprobar que siempre queda aire residual en los
pulmones!- pronunciando la “M…” percibiendo la vibración en entrecejo y
el cráneo.
Después de una jornada agitada, es un modo para
disipar la excitación y atraer la calma mental. El OM se emite en la
exhalación, sin embargo, cuando las circunstancias no nos permiten emitir el
sonido, podemos repetirlo internamente con resultados tan favorables como si lo
hiciéramos en voz alta. Repetir el “OM” en situaciones del día (trabajo, medios
de transportes, momentos de tensión y de relajación) en los que necesitemos
equilibrarnos nos permite experimentar la maravillosa sensación de conectarnos
con nuestro silencio interior.
Aportes bibliográficos:
Aprendo Yoga, de André Van Lysebeth.
Pranayama. A la serenidad por el Yoga, de André Van Lysebeth.
Yoga Nidra. Técnica para la relajación
profunda, de Paramhansa Satyananda Saraswati.
El libro tibetano de la vida y de la muerte, de Sogyal Rimpoché